Desde que fue convocada la 66 Asamblea General, se indicó que el tema central era Formar a Jesús. Decía así el Superior General, P. Camilo Bernal, en su circular: “Entre tantísimos textos de san Juan Eudes sobre el tema, basta recordar sólo uno: Empleémonos, por nuestro ejemplo, por nuestras oraciones y por nuestras instrucciones, en formar y hacer nacer al Hijo de Dios en los corazones de nuestros próximos; y Él nos tratará y amará en la tierra y en el cielo como a sus padres y sus madres (O.C. V, 406-407). Para formar a Jesús en las personas, es necesario trabajar, con decisión y fortaleza, en permitir que Jesús sea formado en nuestra propia vida”.
Con esta motivación, el Consejo General encomendó al P. Fidel Oñoro la organización del retiro de apertura de la asamblea. Al iniciarlo, el padre Fidel invitó a los participantes a hacer una experiencia real, “en carne propia”, de la formación de Jesús, para luego traducirla en iniciativas para toda la Congregación. Y, apoyado en las palabras de san Juan Eudes, propuso asumir una actitud inicial de despojo para permitirle al Espíritu Santo guiar con libertad esta asamblea y para acoger sus nuevas mociones renovadoras.
El retiro se desarrolló en un itinerario de cuatro etapas en las que se integraron escucha, reflexión
personal, compartir en grupos y actos celebrativos; tres signos marcaron la pauta: la entronización de la Palabra como apertura, la adoración del Santísimo como cumbre contemplativa y un acto mariano como conclusión.
Siguiendo el hilo conductor de Formar a Jesús, cada etapa profundizó en una perspectiva: la bíblica, la eudística, la teológico-espiritual y la pastoral. Cada una de ellas estuvo bajo animación de dos miembros de la asamblea: un ponente desarrollaba el tema y un co-ponente destacaba algunos acentos del tema y proponía al auditorio preguntas provocadoras de reflexión y discernimiento.
La primera etapa, Formar a Jesús desde la perspectiva bíblica, siguió la dinámica de la Lectio Divina. Esta comenzó con el rito de entronización de la Palabra: el Señor es quien guía y anima la asamblea y la vida de la Congregación. Todos los participantes recibieron el símbolo de la luz, una Biblia y veneraron la Palabra de Dios en la Escritura. Enseguida siguió la Lectio de Gálatas 4, 12-20, a cargo del P. Guillermo Acero (ponente) y la meditación a cargo del P. José Mario Bacci (co-ponente).
“La persona transformada por Cristo es el único referente para acercar a otros a Jesús”, expresó el padre Guillermo. San Pablo transmite su propia experiencia, movido por el fuego que hay en su interior; apasionado por formar a Jesús en la comunidad a la que pastorea, compara esto con la formación de una criatura en el vientre de su madre. El mismo proceso debe darse en nosotros.
El padre José Mario cuestionó a los presentes: “¿Qué tan arraigada está en nosotros la identidad de Cristo? ¿Nuestro ser en Cristo es la clave de la misión?”.
La segunda etapa del retiro abordó los lineamientos más importantes de la doctrina de san Juan Eudes sobre la Formación de Jesús en nosotros, con la exposición magistral del P. Jean-Michel Amoriaux (ponente) y la reflexión prospectiva del P. Álvaro Duarte (co-ponente).
Desentrañando escritos y enseñanzas de san Juan Eudes, el padre Jean-Michel habló de la formación de Jesús en nosotros como finalidad de la vida cristiana, lo cual se realiza por la gracia y mediante la comunión con sus estados y misterios. El padre Álvaro preguntó a cuál Jesús formar, e hizo notar que hay muchas cristologías, pero san Juan Eudes propone una muy clara: el Verbo encarnado, glorificador del padre; e invitó a los presentes a reflexionar sobre cuáles son los escenarios de la formación de Cristo.
Luego de un momento de reflexión personal, los asambleístas se reunieron en cinco grupos lingüísticos (3 en español, uno en francés y otro en inglés) para poner en común los “ecos” de las dos primeras etapas del retiro y para discernir juntos las implicaciones del tema a nivel personal, comunitario y de estructuras de animación de la Congregación.
El retiro espiritual, en su tercera etapa, desarrolló el tema de Formar a Jesús en nosotros desde la perspectiva teológico-espiritual. Con sugerentes consideraciones, el P. Gilles Ouellet (ponente) hizo la exposición de fondo y el P. Carlos Álvarez (co-ponente) confrontó al auditorio con preguntas punzantes.
El padre Gilles recordó la frase de Pascal: “Es el corazón el que siente a Dios, no la razón”. Y con un sello contemplativo, propuso: “Pon atención, adentro hay Alguien” e invitó a peregrinar hacia el interior de cada uno. Aplicando a la realidad personal, comunitaria y social la perspectiva de caos y creación de Génesis, propuso: “Cuando la vida es imposible de ser vivida, el Espíritu nos hace salir del caos… y hacer de nuestra vida algo muy bello para que sea respuesta al amor infinito de Dios”.
Por su parte, el padre Carlos Álvarez recordó frases que cambiaron la vida de san Juan Eudes: “El hombre es una nada con capacidad de Dios” (Bérulle). “Hazte capacidad y yo me haré en ti torrente” (Jesús a santa Catalina de Siena). “Llevamos este tesoro en vasos de barro” (2 Cor 4): y es Dios quien nos hace capaces… Y lanzó preguntas para confirmar la capacidad de vencer desánimo y pesimismo, siendo capaces de descubrir los signos de la presencia siempre nueva del Señor.
Después de un tiempo de silencio para la reflexión personal, vino el segundo signo del retiro: una solemne adoración del Santísimo, a cargo del P. Juan Carlos Bejarano.
La cuarta y última etapa del retiro espiritual de la asamblea abordó la Formación de Jesús desde la perspectiva pastoral. El P. Carlos Augusto Triana (ponente) ayudó a desglosar las diversas direcciones pedagógicas, pastorales, misioneras y ministeriales que implica recorrer la formación de Jesús en las personas y comunidades. Y el P. Franck Agbwai fue el co-ponente.
El P. Carlos Triana invitó a una vida cristiana viviendo la vida de Cristo-cabeza y no otra, dejando que Jesús viva su vida en nosotros, lo cual implica permitir que el Espíritu forme a Jesús en cada uno, para la gloria de Dios y para colaborarle al Espíritu a fin de que realice esta misma obra en otros. Por su parte, el padre Frank hizo una síntesis del camino recorrido durante el retiro e hizo al auditorio nuevas preguntas inquietantes para la meditación, recordando que para san Pablo es un imperativo formar a Jesús y que no se trata solo de saber, sino de ser.
En seguida, los miembros de la asamblea se reunieron nuevamente por grupos para poner en común lo que la segunda y la tercera etapa del itinerario les suscitó.
Las reflexiones de los grupos fueron entregadas a los padres Laurent Tournier, David Rodríguez y Jaime Rojas, quienes prepararon una síntesis para inspirar las reflexiones y decisiones de la Asamblea con el fin de dinamizar la vida de los eudistas desde la experiencia personal y comunitaria de la formación de Jesús en nosotros.
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